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¿Con qué frecuencia debes calibrar tus equipos? Una guía para mantener la precisión

La frecuencia de calibración de los equipos de medición es una de las preguntas más importantes y a menudo mal comprendidas en la industria. Aunque no existe una regla única aplicable a todas las situaciones, establecer un intervalo adecuado es clave para garantizar la precisión de las mediciones y evitar problemas como defectos en los productos, pérdidas económicas y fallos regulatorios.

Según un estudio de Quality Digest, el 43% de los fallos en auditorías de calidad se deben a equipos fuera de calibración, lo que subraya la importancia de definir correctamente estos intervalos.

El punto de partida para determinar la frecuencia de calibración es entender las recomendaciones del fabricante. La mayoría de los fabricantes sugieren intervalos basados en pruebas estándar, que a menudo oscilan entre seis meses y un año. Sin embargo, estas sugerencias deben ser ajustadas de acuerdo con factores como el entorno de operación y la criticidad del equipo en el proceso productivo. Por ejemplo, un calibrador de presión utilizado en condiciones extremas de calor y humedad puede requerir calibraciones más frecuentes que uno en un entorno controlado.

Otro factor importante es el nivel de uso. Los equipos sometidos a uso constante o a operaciones de alta demanda tienden a descalibrarse más rápido que aquellos utilizados esporádicamente.

Según un informe de Fluke Corporation, el 30% de los equipos que operan más de 8 horas al día muestran desviaciones significativas en sus mediciones dentro de los primeros seis meses. Esto implica que las empresas deben monitorear activamente el rendimiento de sus equipos y ajustar los intervalos de calibración según sea necesario. Si no estás seguro de cómo hacerlo, en Kapter ofrecemos asesorías para ayudarte a definir un programa de calibración adaptado a tus operaciones. Escríbenos por WhatsApp para conocer más.

El cumplimiento normativo también influye en la frecuencia de calibración. Normas internacionales como ISO 9001, IATF 16949 o ISO 13485 establecen lineamientos estrictos sobre la trazabilidad y control de los equipos de medición. Por ejemplo, en la industria automotriz, la IATF 16949 requiere que los equipos sean calibrados al menos una vez al año, aunque muchas empresas optan por hacerlo con mayor frecuencia para reducir riesgos durante auditorías.

Trabajar con laboratorios acreditados como el de Kapter asegura que tus calibraciones cumplan con estos estándares, evitando problemas regulatorios.

Finalmente, el historial de desempeño del equipo es un indicador clave para definir intervalos de calibración. Si un equipo ha demostrado ser estable a lo largo del tiempo, los intervalos pueden extenderse.

Sin embargo, si se detectan desviaciones recurrentes, será necesario acortar los periodos de calibración. Implementar un sistema de gestión de calibraciones como el que ofrece Kapter te permite llevar un control detallado del estado de cada equipo y tomar decisiones basadas en datos. Escríbenos por WhatsApp para recibir una demostración.

Definir la frecuencia de calibración adecuada es un proceso que requiere análisis, monitoreo y ajustes constantes. No calibrar con la frecuencia necesaria no solo compromete la calidad de los productos, sino que también puede generar pérdidas significativas en términos financieros y de reputación.

En Kapter, te ayudamos a establecer un programa de calibración preventivo que garantice la precisión y trazabilidad de tus mediciones. Escríbenos ahora para agendar una consulta y asegurarte de que tus equipos operen siempre en óptimas condiciones.

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