La termografía infrarroja es una tecnología que ha llegado a facilitar bastantes procesos dentro de la ingeniería moderna (en muchos de sus ramos) y la arquitectura. Aquí te decimos algunas de sus aplicaciones más populares.
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En el tema del mantenimiento industrial, la termografía suele ser de mucha utilidad como parte del mantenimiento predictivo, monitoreo de condición, o en el mantenimiento centrado en la confiabilidad. Una porción del trabajo como parte del mantenimiento, es poder determinar qué tan eficientemente trabaja un equipo, donde el sub-producto que se crea o genera por la falta de dicha eficiencia muchas veces será el calor.
El exceso de fricción, la desalineación, las malas conexiones eléctricas, el exceso de resistencia eléctrica, las sobrecargas o desbalances eléctricos, problemas de refrigeración, problemas de aislamiento, entre otros, podrían dar como resultado que la temperatura de un equipo o elemento varíen.
El trabajo del mantenimiento muchas veces se centra en detectar esos patrones térmicos anormales.
De si estudiamos acerca del universo que nos rodea, podríamos encontrar que la temperatura y la radiación infrarroja están presentes en un sinfín de situaciones, en donde la termografía, suele aclarar las condiciones naturales de espacios específicos fuera de nuestro mundo.
También en la arqueología, es común encontrar su aplicación como parte de la investigación, cuando se trata de detectar o comprender de mejor manera la estructura de una edificación.
La principal razón de la existencia de cámaras o habitaciones e incluso averiguar el porqué las antiguas civilizaciones utilizaban ciertos materiales de construcción como base de su arquitectura.
La termografía infrarroja, también puede emplearse en la ingeniería aeroespacial, pues gracias a ellas se verifica la construcción o el estado de las piezas de aviones o naves espaciales construidas con materiales compuestos, haciendo sinergia con los altísimos estándares de calidad y seguridad que posee esta industria.
Con esta herramienta se puede inspeccionar el estado o la presencia del aislamiento en hornos, cuartos refrigerados, edificios o casas, procurando que no existan fugas de frío o calor, ya que éstas suelen ser causas de sobrecostos.
La termografía infrarroja, nos ayuda también a mantener y mejorar las nuevas fuentes de energía renovable como lo son paneles solares, parques eólicos, etc. Así como entender el comportamiento térmico de dispositivos para almacenar energía como podría ser el caso de baterías de litio, por ejemplo.
La termografía infrarroja, en la industria, se utiliza mayormente para ayudarnos a aumentar la seguridad industrial del personal en plantas, fábricas y nuestros lugares de trabajo, como también nos ayuda a reducir los costos de operación debido a paradas no programadas y fallas.
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