Las fracturas en tuberías, la falta de mantenimiento o las averías eventuales en sistemas de distribución provocan fugas de agua, las cuales son más comunes de lo que deberían, cuando ocurren, suele ser “sencillo” detectarlas en domicilios pequeños, pero, si hablamos de complejos industriales o edificaciones amplias, solo hay una solución que facilita completamente la labor, la termografía.
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Las cámaras termográficas, son dispositivos sumamente útiles en el reconocimiento de emisiones térmicas a través de captar y representar en imágenes luminosas específicas el espectro electromagnético indicado.
Todo objeto en la tierra emite una radiación por el mero hecho de estar por encima de 0º K (-273 ºC), estas cámaras son sumamente precisas, pues operan con las longitudes de onda en la zona del infrarrojo térmico.
Estos niveles son “aparentes” porque la obtención de la temperatura real del objeto depende, en gran medida, de algunos parámetros que introduce el termógrafo.
La más importante de estas cuantificaciones es la emisividad, misma que define el comportamiento de la superficie del objeto respecto a la radiación.
La localización de fugas de agua mediante termografía es una de las aplicaciones más prácticas, útiles y rentables que nos ofrece esta tecnología, pues al contrario de otros métodos, con este sistema en la gran mayoría de los casos, no es necesario levantar el concreto o retirar otras líneas internas, lo cual reduce considerablemente los costos de mantenimiento o reacción ante averías repentinas.
Un equipo de termografía, puede observar en tiempo real la irradiación del agua cuando pasa por la tubería y así indicarnos el lugar en el que se encuentra la fuga, no importando si esta se encuentra oculta tras una pared o debajo del suelo.
Si bien, la tecnología infrarroja no es un sustituto del examen visual, si proporciona pistas vitales que “la simple vista” no puede ofrecer.
Cuando el equipo técnico realiza la inspección, la imagen que obtenemos en la cámara termográfica es resultado de la intensidad de la radiación del agua.
Esto nos permite diagnosticar lo siguiente:
- Grosor y volumen del daño en la tubería
- Gravedad del desperfecto
- Cantidad de agua regada por segundo
- Posibles filtraciones
- Incluso las causas del fallo
En estas situaciones el tiempo es crucial, pues al tratarse de una fuga interna, los daños incrementan con gran velocidad ocasionando incluso daños permanentes o sumamente costosos en la estructura. Al contratar un servicio de detección de fugas mediante tecnología termográfica, estás adquiriendo un servicio ágil que requiere una operación sencilla con la menor invasión posible en la estructura, lo cual puede ahorrar mucho dinero a los propietarios.
Entre las múltiples ventajas de los dispositivos termográficos, está el poder exponer al cliente en términos simples y concretos los resultados externados por el infrarrojo, esto permite a ambas partes realizar una estrategia adecuada en respuesta al imprevisto y así eficientar los tiempos.
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Y tú ¿qué tipo de cámara termográfica ocupas para detectar fugas de agua? Comparte tu experiencia con nosotros.
Si desea más información sobre tecnología termográfica, contáctenos, le recordamos que Kapter cuenta con equipo especializado en la localización de fugas de agua con los métodos más sofisticados, tenemos las herramientas que necesita.